jueves, 24 de febrero de 2011

Sólo unos días de huelga de hambre dejan consecuencias en el organismo .


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Miércoles, 23 de Feb de 2011. 6:39 pm
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Ayunar trae consecuencias graves que afectan el sistema respiratorio, digestivo, cardiovascular, funciones endocrinas e inmunológicas. (Foto: Agencias)
No comer por más de siete días puede desencadenar daños irreversibles en el organismo sin que la persona los perciba a simple vista. Las consecuencias de este tipo de conductas, más allá del aspecto físico evidente, aparecen cuando se decide volver a ingerir alimentos o cuando ya la preocupación es otra: patologías como deficiencia renal o fallas cerebrales.

En las primeras 48 horas sin consumo de alimentos, órganos vitales como riñones, hígado y cerebro, que requiere a diario 120 gramos de glucosa (principal portadora de la energía del cuerpo), comienzan a deteriorarse de tal manera que pudieran perder irremediablemente sus condiciones normales de funcionamiento, toda vez culminado el período privativo de alimentación.

Desde el punto de vista médico el daño que la persona se hace de forma voluntaria, en algunos casos, está discriminado por una afectación diaria de los órganos, a lo que algunos denominan como autoconsumo.

Especialistas en medicina interna y nutrición clínica explican que al segundo o tercer día de ausencia de alimentos, el organismo activa mecanismos de defensa de ahorro y consumo de las energías en reserva (glucosa alojada en el hígado y músculos), lo que disminuyen en gran cantidad las funciones de cada órgano. Es decir, comienzan a disminuir funciones atrofiando sus capacidades vitales.

Explica la doctora Doris Rodríguez, médico internista del hospital Miguel Pérez Carreño, que las energías de reservas comienzan a utilizarse cuando ya se ha gastado la glucosa del último alimento que la persona consumió. Luego consume la reserva del hígado.

Indicó que este proceso de deterioro ocurre en tres fases cuando el organismo busca energías para su vitalidad: 1) consume glucosa acumulada en el hígado, 2) consume glucógeno muscular (energía para los músculos) y 3) en el tercer día de ayuno, el organismo empieza a utilizar la grasa corporal acumulada, lo que produce el mayor desgaste del ser humano.

Durante ese tercer día, cuando ya no quedan reservas de glucosa, se produce un complejo proceso metabólico que transforma grasa corporal en glucosa. Esto genera los primeros daños al organismo.

Rodríguez mencionó: “Esa transformación genera muchos desechos que el organismo no drena bien, por la condición a la que es sometido, y esto causa los primeros daños en riñones, siendo uno de los primeros órganos que se deterioran gravemente”.

Es necesario mencionar que los riñones son el órgano que cumple la función de filtro de líquidos del organismo y un deterioro de este tipo puede conllevar a sufrir deficiencia renal, requiriendo la aplicación de diálisis para prolongar la vida de la persona hasta que logre una trasplante.

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